Uno de los aspectos que más me gustan de la escuela son el equipo tan variado que lo lleva. Si una semana mi mente y mi cuerpo se resentían, podía ir a un profesor cuyo estilo me sentase mejor.
Gordana me ayudo a incrementar mis niveles de energía con su estilo dinámico – bastante intenso y divertido los lunes por la mañana. Gloria, una verdadera maestra del Yoga, me hizo mejorar mi postura y mi respiración. El estilo cálido y cercano de Laura me enseñó a apreciar la meditación y la ecuanimidad, una herramienta más que útil para una ciudad tan activa como Barcelona.Con José, capaz de hacer unas posturas para quedarse boquiabierto/a, conseguí fortalecer mis brazos a través del chaturanga, y por fin soy capaz de hacer posturas invertidas sobre mi cabeza.
No hay palabras para agradecerle a cada profesor lo que han hecho por mi. No sólo mi cuerpo se siente mejor, sino que he recuperado la confianza que había perdido con mi lesión.
Mandiram es un lugar para enamorarse del Yoga, y se lo recomendaría a cualquiera, desde una mujer de negocios, hasta un profesor de instituto con problemas de estrés, a un pensionista, o una estudiante. Cambiará la manera en que ves el yoga, la vida y a ti mismo. Es lo que ha hecho conmigo.
Por María González
Si quieres comenzar plantado tu semilla empieza a crear las bases con nuestro taller para Principiantes