Por la misma razón que no es buena idea ir a comprar cuando tienes hambre, ¡ya que llenas el carro más de la cuenta! Y es que bajo el sol todo todo parece más luminoso, incluso nuestro futuro. Durante las vacaciones de verano nuestras neuronas no descansan y se muestran más prolíficas que nunca. Por un lado, piensan lo bonito que podría ser apuntarse a inglés en septiembre. Nos ilusiona imaginarnos haciendo más ejercicio en la vuelta al trabajo. Soñamos con dejar la cerveza pero sólo después de habernos bebido hasta el chiringuito. Y porqué no, nos parece una gran idea apuntarnos a un curso de yoga justo después de haber sucumbido a los placeres que nos depara la época estival.
top of page
bottom of page